sábado, 31 de agosto de 2013

KOTTE, 39º07N 023º06E


KOTTE
Un buen recorrido, conseguimos llegar a una enorme y preciosa bahía, no tenemos carta. Muy verde, el agua muy oscura, no parece Grecia. Bajamos al dingui para medir la profundidad a la antigua usanza. Un cabo con plomo. Viene el viento, fuerte y nos interrumpe, nubes negras, salimos de allí. Probamos otras dos hasta que llegamos a nuestro paraíso particular. De noche, con la ayuda del tabernero, un cabo y el ancla. Luna llena, taberna, solos. Magnífico día, un paseo, baños a 29º y las mejores cigalas. La taberna es una antigua casa de piedra, un molino de aceite. Por la tarde vienen las ovejas, pero la abuela las echa a pedradas. Hace calor, mas baño. El abuelo cuida con esmero de su barca roja, se pasa horas sentado en ella, va y vuelve al pueblo.
El pueblo lo forman una pocas casas, una taberna presume de enormes macetas de albahaca. Intento coger una ramita de la que está mas cerca de mí, de cualquier sitio, pero la mirada de su dueña me hace retroceder. Se acerca y metiendo la mano dentro del arbolito, corta una ramita de tres hojas de su interior, y me la ofrece, como un tesoro.

Es el último paraíso compartido, maravilla, vacaciones, amor. 

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