lunes, 5 de agosto de 2013

NISOS ALONISOS , Tzortzi. 39º09N-23º53E


 Alonisos, la isla habitada más al norte, alargada y bonita, dejando atrás, hacia el éste, Panahia, reserva marina, islotes deshabitados.
En la entrada, con el viento en la popa, nos recibe el Cabo Blanco. Está hecho de cientos de rocas pequeñas, como los incontables fragmentos de un vaso roto.  Navegamos dejándola a estribor y por babor varias  islas muy cercanas. Parece que vamos por un pasillo,  por un camino.
Hay algo en el agua, una aleta o la pata de una tortuga, se mueve, grande y vivo. Desaparece.
Entramos en una bahía de maravillosas casas, con pequeños embarcaderos y escaleras al mar,  la “piscina de su padre”.
Por la noche cena en la taberna, rodeados de abejas y antes del anocher con Sole II, nuestro dingui,  exploración de los alrededores. Preciosas rocas rojas, los pinos llegan a través de ellas al mar. Playitas de cantos rodados en todos los tonos de blancos y rosas.
Salimos después de dos días de relax y playa, hay calma chicha. Intentamos entrar  en el Puerto de Patitiri, el único de la isla, pero no tenemos el único sitio en el que estaríamos bien, hay poca profundidad. Está ocupado. Continuamos navegando  y por el camino,  a lo lejos veo varias aletas. Está vez si que se acercan, se cruzan por la proa de Moana y por debajo del casco. Son por lo menos ocho delfines. Muy oscuros, casi negros, grandes. Es emocionante, se acelera el corazón y no quieres dejar de verlos, pero se van, continúan su camino. Y nosotros el nuestro, hasta Stáfilos, en Skopelos.


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