N.
SKOPELOS, STÁFILO, 39º05 N 023º45 E
Mucha vegetación, frutales, vino, un
magnífico olor. El nombre Stáfilo significa uva. La temperatura del agua es la
más cálida que encontramos hasta ahora. No dan ganas de salir de ella a pesar
de ser más de las ocho de la tarde. Hay una playa en la bahía y rocas que
combinan rojo y piedra con el verde.
Hoy hemos descubierto
que es domingo, pensábamos que era
lunes. Nos hemos encontrado con un día de regalo.
Por la mañanita una
buena nadada a la playa, arena y
piedras Preciosas!!. Nos vamos.
SKOPELOS,
AGNONDAS, 39º05 N 023º42 E
Un pequeño puerto, mucho
calor, atracamos al estilo “Roman Catolich”, echas el ancla y te vas acercando marcha
atrás, con la popa al muelle para amarrarte a él. Hay que calcular bien la
distancia que necesita el barco del ancla al muelle, no menos de 50 metros. En
el muelle te recibe el mismísimo Agnondas, posando atlético en su monumento.
A la derecha, el muelle
y al fondo, la playa. Arena gorda,
como casi todas. Un par de tabernas. Entramos en una de ellas, magníficos calamares. Las langostas luchan por un sitio en el
acuario que las mantiene vivas y, supongo, que también enfadadas. Y abejas.
¡Como no!
Por la tarde cogemos una
guagua hasta Skopelos, el pueblo
principal. Son 20 minutos de curvas, con el chofer conduciendo con una mano y
el móvil en la otra. A la vieja usanza, no pasa nada, si consigues evitar el
infarto. El pueblo tiene encanto, es de los más bonitos y cuidados que hemos
visto hasta ahora. Por algo eligieron la isla como escenario de la película
“Mama mía!. Calles estrechas llenas de flores en una colina y el puerto. Volvemos en taxi, de noche. Debe ser
costumbre, la taxista, todo el camino hablando por teléfono. ¡Con diferentes
llamadas! ¿Ne?, ne, ne, ne…
Nos vamos por la mañana.
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